Decían los que lo conocían a Saramago, que necesitaba a diario abrir la ventana de su casa, para saber las intenciones del tiempo, el color de las nubes y el olor de la tierra
Decía; ¿Tan importante es abrir las ventanas, como cerrar la puerta, para quedarse a solas con la conciencia?
En este juego de palabras, como figura retórica de un Saramago que era ante todo poeta, y en su honor y recuerdo le dedicamos un poema que habla de su ventana.
Cuando me vaya
Cuando me vaya se abrirán las ventanas
y podré volar presuroso entre el amanecer y el mar.
Esta Extraña sensación que inunda mi ser antiguo, de este cuerpo tan perdido por el límite y la cordura.
Es el viento que hará nido en mi ausencia,
y la piel diluida por el aire suculento de las flores.
OH! mi bien creado cuerpo,
perdido para siempre en el arrebato de la brisa.
Seré como quiera el aire, pensamiento o llanura
calidez de primavera, bruma en el silencio opaco de enamorados.
Así un día se abrirán las ventanas,
y se cerrará la puerta por siempre a la ira.
Y todo quedara como al principio
liso y llano como un atardecer encendido de violetas.
Francisco Vicente Martinez
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