Recientemente desde la Concejalía de Educación se ha decidido aumentar en 35 euros mensuales la cuota para las escuelas infantiles, lo que supone una subida del 22%. Con estas nuevas cuotas el coste total de las guarderías será de 190 euros al mes, a lo que hay que sumar los 48 euros de matrícula.
Esta decisión se toma en un momento en el que las familias están pasando por una situación de precariedad económica y de desempleo nunca visto en el municipio.
El equipo de gobierno ha afirmado que la subida se debe a que la Comunidad Autónoma ha reducido a la mitad su aportación, dejando así de financiar, como hacía hasta el momento un tercio del servicio. Ante esta situación el Ayuntamiento tiene que asumir esa disminución, y lo hace a costa de las familias que tienen a sus hijos en las escuelas infantiles. Además de esto aumentará la “ratio” de niños en las escuelas infantiles.
Lo lógico sería que desde el Ayuntamiento se tuviera un postura de exigencia frente a la Comunidad Autónoma y frente al ejecutivo, para que contemple de una vez por todas la asistencia de los niños a las escuelas infantiles no tanto como un servicio que se presta a los padres, sino como un derecho de los niños. Pero en lugar de esto, de reclamar una implicación mayor del resto de administraciones con el fin de que no suponga un coste económico tal alto para las familias, ha preferido hacer que sean las madres y padres los que soporten el recorte que se ha llevado a cabo desde la Comunidad Autónoma, anteponiendo los intereses partidistas a la defensa de los vecinos y vecinas de Molina de Segura.
De nuevo tocará a las familias esforzarse, apretarse el cinturón, cuando las administraciones se dedican a gastar su dinero en asuntos menos importantes, en lugar de aplicarse en la práctica la tan cacareada austeridad de la que hablan.
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